¿Se pueden combinar antibióticos y alcohol?

La primera información sobre la incompatibilidad entre el alcohol y los antibióticos apareció a mediados del siglo pasado. Existen varias teorías, con diferentes grados de credibilidad, que explican por qué no se recomienda consumir bebidas alcohólicas junto con medicamentos antimicrobianos. Algunos atribuyen esta advertencia a los venereólogos, quienes querían disuadir a sus pacientes de llevar una vida desenfrenada. Otra versión sugiere que la prohibición fue ideada por médicos durante la Segunda Guerra Mundial para ahorrar penicilina.

Hoy en día, prácticamente cualquier adulto ha escuchado sobre el peligro de combinar alcohol y antibióticos. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que este estereotipo está lejos de ser verdad. Los científicos aseguran que muchos antibacterianos pueden combinarse con bebidas alcohólicas sin riesgo para la salud.

¿Son confiables estos nuevos estudios médicos? ¿Es posible consumir alcohol mientras se toman antibióticos? Intentemos aclarar estas cuestiones.

¿Cuándo los medicamentos y el alcohol son incompatibles?

La afirmación de que no se puede consumir alcohol con medicamentos antimicrobianos tiene una base real. Existen varios tipos de fármacos que realmente entran en conflicto con el alcohol, lo que puede causar daños graves al organismo. Los médicos identifican tres tipos de incompatibilidades entre antibióticos y alcohol:

  1. Alteración del metabolismo.
    Para procesar el alcohol, el hígado produce una enzima especial que también se utiliza en el metabolismo de medicamentos como la eritromicina, la cimetidina y otros antibacterianos. El organismo prioriza la eliminación del alcohol antes que los componentes de los medicamentos, lo que prolonga el proceso y puede provocar una acumulación tóxica del medicamento en el cuerpo.
  2. Alteración en la descomposición del alcohol.
    Los medicamentos como las cefalosporinas, el metronidazol, el ornidazol y el tinidazol ralentizan la metabolización del alcohol, lo que aumenta los niveles de acetaldehído en sangre. La alta concentración de esta sustancia química provoca una fuerte intoxicación acompañada de náuseas, vómitos, mareos y dificultad para respirar. Esta reacción, conocida como efecto similar al disulfiram, lleva el nombre de un medicamento utilizado para tratar el alcoholismo.
  3. Efecto tóxico en el sistema nervioso central.
    Algunos antibióticos, como el etionamida, el talidomida y la cicloserina, tienen efectos sedantes que incluyen somnolencia, mareos y desorientación. El alcohol tiene un efecto similar en el sistema nervioso, y la combinación de ambos puede intensificar estos efectos adversos.

Antibióticos populares y alcohol: ¿qué tan compatibles son?

Los médicos suelen recetar antibióticos de amplio espectro para infecciones bacterianas. Analicemos con detalle cómo interactúan estos medicamentos con las bebidas alcohólicas.

Amoxicilina

La combinación de amoxicilina y alcohol no es aceptable. El uso incorrecto de este antibiótico puede causar fuertes efectos secundarios en el tracto gastrointestinal, reacciones alérgicas y daño hepático. Además, se reduce el potencial terapéutico del medicamento.

Para evitar molestias durante el tratamiento de una infección, se recomienda evitar el consumo de alcohol mientras se toma amoxicilina. Es importante recordar que este antibacteriano se acumula en el organismo, previniendo recaídas. Por lo tanto, el consumo de alcohol solo está permitido 7 días después de completar el tratamiento.

Doxiciclina

La doxiciclina es un antibiótico potente que se usa para tratar infecciones en los sistemas urogenital, digestivo y otras áreas del cuerpo. Este medicamento es eficaz contra enfermedades graves como el tifus, el cólera y la sífilis.

Una desventaja importante de la doxiciclina es la gran cantidad de restricciones. Está estrictamente prohibido combinar doxiciclina y alcohol. También están contraindicadas ciertas frutas durante el tratamiento, y antes de tomar suplementos vitamínicos o biológicos es necesario consultar a un médico.

Los pacientes que combinaron doxiciclina y alcohol informaron dolores de cabeza, pérdida de coordinación y enrojecimiento de la piel. Además, este antibiótico representa una carga considerable para el hígado. Para minimizar el riesgo, se recomienda evitar el alcohol durante el tratamiento.

Augmentin

Durante el tratamiento con Augmentin, es posible consumir pequeñas cantidades de bebidas alcohólicas de baja graduación. Sin embargo, no todos los pacientes pueden hacerlo. El consumo de alcohol mientras se toma este antibiótico será seguro únicamente para personas sin problemas gastrointestinales ni hepáticos.

Incluso en condiciones de salud satisfactorias, la dosis permitida se limita a una copa de vino tinto o blanco. Bebidas más fuertes están contraindicadas. Abusar del alcohol aumenta el riesgo de pancreatitis, insuficiencia hepática y enfermedades ulcerosas del estómago e intestinos.

Ciprofloxacina (Cipro)

La ciprofloxacina, como todos los antibióticos del grupo de las fluoroquinolonas, es poco compatible con el alcohol. Este medicamento tiene efectos secundarios sedantes, y el alcohol no solo aumenta la probabilidad de estos efectos, sino que los intensifica. La combinación de ciprofloxacina con alcohol puede causar daños significativos al sistema nervioso central.

Los efectos adversos más comunes incluyen dolores de cabeza, mareos, confusión mental y fatiga extrema. En casos más graves, puede haber desmayos, pesadillas, temblores, depresión e incluso alucinaciones. A menudo, se requiere atención médica de urgencia para estabilizar a los pacientes que no siguen las indicaciones.

La ciprofloxacina se elimina rápidamente del cuerpo. Después de 48 horas de completar el tratamiento, es posible consumir alcohol con moderación.

Zitromax

Zitromax es un antibiótico de acción sistémica que se prescribe principalmente para enfermedades respiratorias y cutáneas, así como infecciones otorrinolaringológicas.

Combinar Zitromax con alcohol dificulta que el hígado elimine los subproductos del etanol, lo que provoca la acumulación de toxinas en el cuerpo. Las náuseas, vómitos, dolores abdominales y mareos son síntomas comunes de esta interacción.

Zitromax se elimina del cuerpo entre 5 y 7 días después del tratamiento. Hasta que el hígado haya procesado completamente el medicamento, es mejor abstenerse de consumir alcohol.

Desmontando un mito médico

Las encuestas muestran que más del 90% de las personas evita combinar alcohol y antibióticos por dos razones:

  1. Posible reducción de la eficacia del medicamento.
  2. Alta probabilidad de efectos secundarios.

Como se observa en el caso de los antibióticos populares, estas preocupaciones están parcialmente justificadas. Sin embargo, no todos los antibióticos son incompatibles con el alcohol. Algunos medicamentos antibacterianos no causan efectos negativos cuando se consumen pequeñas cantidades de alcohol.

El Departamento de Salud del Reino Unido ha calculado las cantidades óptimas de alcohol para quienes están en tratamiento por infecciones bacterianas. Los hombres pueden consumir entre 200-300 ml de champaña o vino, aproximadamente 1 litro de cerveza o 100 ml de bebidas más fuertes. Para las mujeres, estas dosis se reducen a la mitad. Exceder estas cantidades puede causar deshidratación e intoxicación.

Estas cifras no tienen en cuenta las características individuales de cada organismo. Por ello, antes de combinar alcohol y antibióticos, es necesario consultar a un médico.

El mito sobre la incompatibilidad del alcohol y los antibióticos también puede ser peligroso. Algunas personas, temiendo efectos secundarios, omiten dosis de sus medicamentos para poder beber, lo que ralentiza el proceso de recuperación y puede llevar a complicaciones. Un tratamiento con antibióticos no debe interrumpirse sin el consentimiento de un especialista.

Aciclovir y alcohol

Aunque el aciclovir pertenece a la categoría de antivirales, al igual que muchos antibióticos, no es recomendable combinarlo con alcohol. Este medicamento contra el herpes pierde parcialmente su eficacia si el paciente continúa con el consumo de alcohol.

Aunque las instrucciones del medicamento no prohíben explícitamente el alcohol, los médicos aconsejan esperar hasta que finalice el tratamiento antes de consumir bebidas alcohólicas. Combinar aciclovir con alcohol puede afectar negativamente al hígado, riñones y sistema digestivo, además de aumentar el riesgo de efectos secundarios graves.

La buena noticia es que los componentes de este medicamento no permanecen mucho tiempo en el organismo. Unos pocos días después de finalizar el tratamiento con aciclovir, es seguro consumir alcohol sin consecuencias negativas para la salud.

Dra. Isabel García
Dra. Isabel García

La Dra. Isabel García lideró el servicio de terapia psicosexual en el Hospital Universitario de Madrid hasta 2019. Actualmente, colabora con individuos y parejas para abordar los factores físicos, emocionales y relacionales que afectan a la sexualidad tras un diagnóstico o tratamiento de cáncer. Entre las dificultades que trata se encuentran el bajo deseo sexual, problemas de erección, dificultades de excitación o de orgasmo, dolor sexual y la evitación de la intimidad. Su enfoque integrador combina terapia psicosexual (basada en el modelo de enfoque sensorial), estrategias biomédicas (medicación y dispositivos para la disfunción eréctil, salud vaginal y menopausia, y uso de ayudas sexuales) y psicoeducación, con el objetivo de ofrecer una atención personalizada y efectiva.

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